MARIANAS.  Imágenes. Santuarios
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   La Virgen María, Madre de Jesús, fue la figura de la Iglesia cristiana más vene­rada en templos e imágenes hermosas. Los mártires fueron las prime­ras figuras recor­dadas con emoción en los aniversarios de su martirio y ante sus ejemplos de valentía y testimonio (mártir significa testigo).
   Pero, la figura de María, aunque no murió cruentamente, suscitó ya en vida singular veneración. Y después de su fallecimiento y asunción al cielo siguió suscitando recuerdos y afectos singulares, al mismo tiempo que plegarias e invocaciones.
   Esa veneración se mantendría siem­pre en la Iglesia de todos los lugares del mundo. Incluso el Islam, también la respetaría como la Madre del profeta Jesús, y con el nombre de Marian, la miraría como "virgen sin pecado".
   En los tres primeros siglos, la figura de María se halló vinculada estrechamente a la persona de Cristo. Las fiestas que se le dedican fueron prioritariamente recuerdos cristocéntricos en los que aparece la Madre: nacimiento y presentación a los pastores y magos, presentación en el templo y purificación.
   A lo largo del siglo cuarto se incrementó el culto peculiar a María, sobre todo desde que se la reconoció como Madre de Dios el año 431, en Efeso.
   Entre los siglos V y VII surgieron en la Iglesia oriental y en la occidental múlti­ples festividades en honor de varios acontecimientos de la vida de María: la Natividad, narrada en el protoevangelio apócrifo de Santiago, que se celebró el 8 de septiembre; la Anunciación, el 25 de Marzo; la Purificación, el 2 de Febrero. El 15 de Agosto se comenzó pronto a recor­dar su muerte (llamada Dormición en la Iglesia oriental) y su Asun­ción a los cie­los.
   A las fiestas siguieron los templos, las múltiples imágenes y pinturas, las devociones más diversas siempre centradas en el piadoso recuerdo de sus virtudes y en la protección que se la demanda en las necesidades humanas.
   Esta devoción se incrementó grandemente en la Edad Media, debido a la influencia de los monasterios benedictinos en Occidente y a los basilianos en Oriente.
   Durante los siglos XI y XII se difundió la imagen de Cristo como Juez y Señor del universo. Se resaltó la autoridad señorial y judicial de Cristo. En las pinturas bizantinas se le presentaba como "pantokrator" (señor universal)
   En los templos de Occidente se imitó tal presentación de Jesús como Juez. Al suscitar tal figura el miedo a la muerte y al juicio final, surgió intensa necesidad de acudir a la intercesión de la Madre, como la me­diadora bondadosa ante su Hijo por los pecadores.
   Desde el siglo XIII, las imágenes de románicas del Jesús juez se reemplazaron en las fachadas de los templos cistercienses y góticos por la figura misericordiosa de María Asunta al cielo.

   2. Santuarios del mundo

   El primer templo mariano de que se tiene noticia documentada parece que fue el edificado por el Obispo Theonas en Alejandría a mediados del siglo IV. Su sucesor Alejandro, entre el 373 y el 380, lo mejoró y así aumentó su devoción a la "memoria de la Madre de Dios". Pronto surgieron imitaciones en Palestina y Asia.
   Pero se tienen también noticias de que el Papa San Silvestre (314-325) había construido en Roma una edificación dedicada a María. La tradición indica que el lugar elegido fue en donde había existido el templo a la diosa Vesta. El templo cristiano, llamado de Santa María la Anti­gua, mereció la visita de muchos peregrinos. Un siglo después, Sixto III (432-440) erigió en el monte Esquilino otro edificio más esbelto que se transformó más tarde en el de Santa María, llamada la Mayor por su amplitud.
   La peregrina española Eteria Silvia, de paso en los Santos Lugares, también acreditaba hacia el año 394 que en Jerusalén la fiesta de la Purificación de María y la Presentación de Jesús en el templo se conmemoraban con devoción en lugares de culto dedicados a María.
   Desde el siglo V, se difundieron numerosos santuarios, templos, iglesias y monumentos en honor de la Madre del Señor, hasta llegar a muchas decenas del miles en todo el orbe cristiano.
 
   Podemos aludir a algunos de los más famosos e importantes.

   2.1. La Anunciación. Nazareth

   El templo mariano, sobre el mismo lugar en que tuvo lugar el anuncio del ángel, mereció especial veneración desde los primeros tiempos. Los restos de un lugar de culto, tal vez del siglo II, se hallan insertados en la ac­tual basílica de la Anunciación.
   El primitivo historiador Eusebio de Cesarea hace ya alusiones a que en el siglo II había quien allí veneraba el recuerdo del Señor y de su Madre.
   Son datos confirmados por las excavaciones realizadas en 1955 por el franciscano P. B. Bagatti, que trató de localizar en el subsuelo restos primitivos sobre María. Este arqueólogo determinó la clara diferencia cultual existente ya el siglo II en dos lugares cercanos al lugar: la gruta de la Anunciación, en donde se habría encontrado la casa de María al recibir el aviso del Angel; y la casa de José, a donde fue ella a vivir al confir­mar el matrimonio y en donde habitó Jesús en su infancia.
   El templo de la Anunciación sufrió diversas alteraciones con el paso de los siglos: destrucciones del 70 y del 132 al 135, llegada de los persas en el siglo VI que lo arrasaron todo, invasión sarracena en el VII con sus diversas oleadas islamizadoras, guerras de los cruzados en el XII y XIII.
   Después de cuatro siglos de abandono, en 1620 el emir de Galilea, Fakhrel-Din, permitió a los franciscanos el establecimiento en el lugar mediante el pago de fuerte tributo. En 1730 se construyó la primera basílica cristiana por los franciscanos sobre la gruta. En 1955 se edificó, sobre la basílica anterior, el hermoso templo actual, con bellas deco­raciones modernas alusivas al misterio de la Encarnación. Las más expresivas y bellas decoraciones marianas se suceden en la fachada sur, en donde la figura de bronce de María refleja la profunda disposición de aceptación del misterio divino. Los diversos relieves en los muros y en las puertas recogen una excelente catequesis sobre la vida y las virtudes de la Reina del Cielo.
   Especial referencia merece la gruta del misterio. En sobria penum­bra y con austera decoración, invita a la plegaria ante los restos visibles de la iglesia del siglo V y, tal vez, algún fragmento o mo­saico del II. Ese sobrio entorno de la gruta contrasta con la planta superior, deco­rada con profu­sión oriental.

   2.2. La Asunción en Jerusalén

   Se halla en el emplazamiento del antiguo Monte de los Olivos, en la mis­ma ladera del torren­te Cedrón. La pequeña iglesia que, según la tradición de Jerusalén, diferente de la de Efeso, recuerda el lugar donde estuvo el sepulcro de María, se construyó en tiempos muy antiguos.
   La actual es de reciente construcción y se halla por debajo del lecho del torrente, elevado por los sedimentos acumulados durante dos milenios.
   Los restos primitivos figuran entre los más antiguos de Jerusalén. La fachada actual es del siglo XII, y parece construida por los primeros guerreros llegados en tiempo de las cruzadas.
   La cripta parece ser del siglo IV, aunque en el 614 fue destruida la iglesia por la invasión persa. Las diversas destrucciones y avatares de la historia poco han dejado de los restos primitivos.
   Los últimos arreglos de 1971 a 1974 han tratado de dejar en claro la roca que pudo ser el soporte del cuerpo de María, el poco tiempo que estuvo allí antes de ser llevado al cielo. Es lugar de múltiples peregrinaciones y devociones.

   2.3. Tumba de la Virgen. Efeso

   La veneración del sepulcro de Ma­ría en esta ciudad donde, según la tradición, residió el apóstol Juan, es muy antigua.
   Hay indicios sólidos de que ya en el siglo III se conmemoraba aquí la Asunción de María, la cual habría pasado los últimos años de su vida en la casa del discípulo amado de Jesús.
   La festividad parece que fue popular hacia mediados del IV o finales del III.
   De todas formas, experimentó fuerte incrementó cuando el año 431 se celebra en la ciudad el Concilio que determinaron la correcta denominación de María como Madre de Dios (teotokos que quería S. Cirilo, según palabra usada por Oríenes) y no sólo como madre del hombre Jesús (androstokos), como reclamaba Nestorio

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 2.4. Santa María La Mayor. Roma.

   Es uno de los templos más significativos dedicados a María. Se llama mayor, pues es la iglesia más grande de las dedicadas a la Señora.
   Su dedicación se celebra con veneración en la Iglesia universal. Responde a la leyenda de una aparición de María al papa Liberio y al patricio Juan, en la noche del 5 de Agosto del año 352. Les mandó construir un templo a María sobre el lugar donde hallarán nieve al día siguiente (Agosto en Roma).
   El templo inicial sufrió diversas variaciones con los siglos. Sixto III, entre el 432 y el 440, inicio sobre el monte Esquilino una basílica a María, la cual se convirtió en referencia durante siglos para los peregrinos que iban a Roma.
   Las variaciones del santuario se sucedieron con los siglos, hasta llegar el Renacimiento. Los peregrinos recorren todavía hoy los 86 metros de largo y admiran las maravillas del arte,  acumuladas en torno a la imagen de María.

   2.5. Casa de la Virgen. Loreto.

   La ciudad de Loreto, cerca de Ancona, se hizo famosa por el Santuario de María, templo construido a final de la Edad Media y renovado en el Renacimiento.
   En el templo se conserva la Casa de María que, según la leyenda, fue llevada por el aire desde Nazareth a esta localidad italiana, después de haber estado varios meses en Croacia.
   La parte que se conserva es de ladrillo o adobe cocido. Se identifica como la parte externa de la casa de Nazareth, pues la segunda se hallaba excavada en tierra, según la probable costumbre de la localidad recostada en una ladera.
   El traslado se hizo, según sus devotos, el año 1291. La basílica conmemorativa se inició en 1468. La devoción a la casa originó peregrinaciones numerosas, prolongadas hasta nuestros días.

  2.6. La Virgen Negra. Czêstochowa.

   La "Virgen negra" es venerada en esta localidad polaca del voivodato (provincia) del mismo nombre, en el río Warta.
   El monasterio Jasna Góra, del siglo XIV, alberga la "Madonna negra", que es un hermoso cuadro de María, al cual tradicionalmente se ha tributado por los católicos un culto destacado. La leyenda o tradición de sus comunicaciones se remonta a varios siglos anteriores al monasterio.
   Al santuario acuden numerosas peregrinaciones. Allí fue a pedir la ayuda divina el Papa Juan Pablo II, primer papa polaco de la Historia, el año 1979.
   A María se la venera en Czêstochowa como madre de la Polonia católica.

2.7. Guadalupe. México

   Existe en México la Basílica mariana más signiicativa de todo el Continente ameri­cano. Erigida entre 1695 y 1709, según planos del arquitecto Pe­dro de Arrieta, fue enriqueciéndose a lo largo de los siglos, al mismo tiempo que se inclinaba el primitivo edificio por efecto del sub­suelo lacus­tre.
   El santuario recoge devociones y pere­grinaciones masivas procedentes de todo el territorio mexicano y suramericano. El día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de Diciembre, se conmemora la aparición con grandes regocijos.
   Según la tradición, diez años después de la caída de Tenochtitlán en manos de Hernán Cortés y de los conquistadores, María se apareció al indígena Juan Die­go, vecino de Cuautitlán, entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac. Le mandó, hablándole en lengua náhuatl, que visitara al obis­po Juan de Zumárraga, franciscano, y le ordenara construir un templo en el lugar. El prelado pidió una prueba de sus visiones y la Virgen mandó a Diego presentarle her­mosas rosas cortadas en el árido cerro.
   Al extender Juan Diego su tilma o capa, apareció estampada en ella la ima­gen de la Virgen bajo las flores, ini­cián­dose desde entonces un culto ininterrumpido hasta hoy.
   Cerca del lugar escogido habían venerado los aztecas a la diosa Tonantzin (la Madre de los dioses).
   En el lugar de Tepeyac se inició una pequeña ermita a la Virgen de Guadalupe. Se fundaron luego otras ermitas que constituyeron el santuario. Entre 1695 y 1709 se edificó la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. En torno al santuario surgió una localidad que recibió el nombre de Guadalupe Hidalgo. La basílica actual, adjunta a la primitiva, se edificó en 1976, con el fin de recoger las grandes masas de peregrinos.
   La Virgen de Guadalupe fue sucesivamente proclamada patrona de la ciudad de México (1737), coronada como Reina de México (1895) y proclamada Patrona de toda la América Hispana en 1910.
  
   2.8. Basílica del Pilar. Zaragoza

   Es la más arraigada en la devoción tradicional de España. Según la leyenda, la Virgen se apareció a Santiago Apóstol cuando ella aún vivía en este mundo.  Era entonces la ciudad de César Augusta (Zaragoza) un núcleo romano importante en el Ebro.
    En el 855 ya hay testimonios de que había un templo mariano allí. Pero los datos sobre el actual santuario no van más allá del siglo XIII. El primer documento en que se la da el nombre de Sta. María del Pilar es de 1299.
    A partir de entonces, la importancia del santuario mariano creció sin cesar y los dones de la Señora fueron continuos, como atestiguan los exvotos y las crónicas del San­tuario. De 1640 es el gran milagro del hombre a quien María restituyó una pierna amputada. Y de esa fecha es la celebración de la fiesta el 12 de Octubre.
    La grandiosa basílica que alberga la imagen piadosa de María es del Arquitecto Herrera. Fue comenzada en 1681, y las obras se alargaron a lo largo de casi dos siglos, terminándose en 1872.


2.9. Virgen de Lourdes. Francia

   Junto al río Garona, en las cercanías de Tarbes, en el Alto Pirineo, se halla el más famoso santuario mariano de Francia. Lourdes se ha convertido en centro de peregrinaciones, desde  las apariciones marianas a la  Bernardita Soubirous, hoy canonizada. Desde el 11 de Febrero de 1858 hasta el 16 de Julio, María habló en varias ocasiones en la gruta de Massabielle.
   Transmitió la necesidad de penitencia y de conver­sión, que es lo esencial del mensaje que se respira en el Santuario y lo que recogen en la gruta los tres millones de peregrinos que, de todo el mundo, acuden allí cada año.
   María se declaró en las apariciones como la Inmaculada Concepción ("Que soi er Inmaculado Concepiu", en el idio­ma patoi de la zona), dogma definido cuatro años antes por Pío IX.

 

 

 

   

 

    

2.10. Virgen de Fátima. Portugal.

   Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, es otro lugar de masivas peregrinaciones. Es localidad que pertenece al distrito de Santarem, en la provincia religiosa de Leiría.
   El santuario se eleva en el lugar en que tuvieron en 1917 las apariciones de María a los tres pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía. Los dos primeros fallecieron al poco tiempo y fueron beatificados por Juan Pablo II con ocasión de su visita en 1996. Lucía siguió durante muchos años para cumplir con su misión. Falleció el 28 de Febrero de 2005 a los 97 años.
   Tal mensaje se centró con frecuencia en temas de curiosidad y espectáculo: la conversión de Rusia, el atentado mortal de un Papa, el misterio del final del mundo, etc. Sin embargo, el mensaje de Fátima es mucho más evangélico y se centra en el sentido del peca­do que hay que evitar, en la conversión de las personas que hay que suscitar, en la necesidad de la oración para explicar la vida, en la práctica de la caridad con el prójimo, primer deber del cris­tiano.
  Fátima sigue siendo un lugar de encuentro cristiano. Muchedumbres acuden a rezar, sobre todo el Rosario, para que se cumplan los designios divinos sobre cada peregrino y sobre la Iglesia.


   3. Santuarios de España

   Entre las cuatro o cinco mil advocaciones de María que existen en España con algún templo: basílica, iglesia, ermita o capilla especial, se pueden citar algunos significativos de la devoción a María.

    3.1. Virgen de Africa. Ceuta.

   Recoge la leyenda de una imagen de madera con la Virgen sedente y Cristo muerto en sus brazos. Escondida ante la invasión sa­rracena y redescubierta y venerada al producirse la conquista de la plaza por los portugueses en 1415.
   Pasada la plaza a la corona de Castilla al acceder Felipe II al trono portugués, la devoción a la imagen venerada culminó en el devoto templo actual.

   3.2. Sra. de la Almudena. Ma­drid.

   Pretende remontarse a los tiempos apostólicos. Es talla de madera del siglo XVI, que reemplazó a otra de antigüedad imprecisa hoy desaparecida.
   En árabe Almudena significa ciudadela. El nombre alude a la primera urbanización conquistada por los cristianos en 1083, fecha desde la cual se la venera como imagen localizada allí.

   3.3. Ntra. Sra. de Aranzazu. Oña­te.

   En Guipúzcoa se venera con amor la imagen que un pastor descubrió en un espino (aranzazu, en vasco) en 1469. El santuario que pronto surgió desde 1514 al cargo de los franciscanos, y el templo que amparó el lugar del descubrimiento, se transformó en frecuente lugar de plegarias y peregrinaciones.

   3.4 La Asunción. Elche

   Alberga un santuario a este misterio mariano, que se hizo célebre por la representación popular que se realiza desde el siglo XIII. La fundación de la Sociedad de María data de 1370, pero la devoción es un siglo anterior.
   Se celebra en la villa en honor de la Señora una dramatización literaria y religiosa en torno a la Asunción de María. Se denomina "El milagro de Elche".
   Multitud de peregrinos, y también de simples curiosos, acu­den cada año a contemplar la representación por los artistas locales, con texto literario valenciano de indudable valor.

   3.5. Ntra. Sra. de Begoña. Bilbao

   Es templo que se remonta al siglo XIV, aunque la primera descripción es de 1503. Recoge la devoción popular de la comarca después de que la estatua de María fuera hallada sobre una encina.

   3.6 La Bien Aparecida. Santan­der

   Es la patrona de Santander y de Cantabria. Cuen­ta con her­moso templo que albergó la imagen que unos niños hallaron de forma por­tentosa en 1605. Hoy se conserva la imagen en el templo churrigueresco construido a principios del siglo XVIII.

   3.7. Virgen del Camino. León

   A 3 Kmts. de León se eleva este piadosos y visitado santuario, que recuerda la aparición de una imagen a un pastor el 2 de Julio de 1505. La devoción creció hasta la decla­ración como Patrona de la región leonesa en 1917.

  3.8. La Calendaria. Sta Cruz.

  En Sta. Cruz de Tenerife se recoge la memoria de una aparición habida entre 1390 y 1400, 150 años antes de la conquista de la isla por los cristianos.
   Realizada la conquista entre 1464 y 1495, el templo mariano se transformó en centro de peregrinacio­nes y recuerdos marianos de signo popular.

   3.9. Sra. del Lluch. Mallorca.

   Cerca de Palma de Mallorca se alza el principal Santuario mariano de Baleares. Asig­nada la zona a los templarios después de la reconquista de la isla en 1229, el cris­tianismo fue arraigando de nuevo entre los habitantes.
   Ha­cia 1248 se levantó una iglesia a Santa María, que recogía una leyenda sobre el hallaz­go de la imagen mariana por un monje y un pastor hacia el año 1239. Las paregrinaciones se multiplicaron a lo largo del siglo XIV y surgió el albergue de peregri­nos junto al templo.
   La devoción siguió viva hasta llegar en 1888 a su coronación canónica.

   3.10. Sra. de Covadonga. Astu­rias

   Recuerda la aparición de María en el monte Auseva a los guerreros cristianos que, bajo el mando de Pelayo, lograron el año 722 la primera victoria de la reconquista contra los mahometanos.
   Luego sería idealizada por la leyen­da cristiana. Pero Covadonga, (cova-donga, covadominica, o de la seño­ra) se convertiría a lo largo de los siglos en emblema de la reconquista y sería objeto de veneración por reyes y peregrinos hasta nuestros días. Es el santuario más celebre de España durante siglos, sólo ganado en número de peregrinos por el del Pilar de Zaragoza.

 3.11. Ntra. Sra. de los Desamparados.

   La Patro­na de Valencia cuenta con la imagen venerada en el Hospital para dementes, iniciado por Fray Juan Gilabert y dotado por Martín I el Humano.
   Los siglos posteriores conocieron el aumento del esplendor del santuario y el constante goteo de beneficios, limosnas y dotacio­nes de que fue objeto por diversos reyes y donantes.

   3.12. Sra. de la Fuencisla. Segovia

   La devo­ción se remonta a los primeros tiempos cristianos de la Hispania visigótica, al menos al siglo V.
   Escondida la imagen el año 714 ante el avance sarraceno, permaneció ignorada hasta comienzos del siglo XII.
   Al llegar a la región las conquistas de Alfonso VI de Castilla, la imagen mariana se convirtió en centro de culto.
   El milagro de una judía, calumniada como adúltera y salvada por María, hizo aumentar la devoción a la venerada imagen, la cual fue trasladada a la iglesia, en la que se mantuvo hasta hoy.

  3. 13. Sra. de Guadalupe. Cá­ce­res.

   En la falda Sur del Cerro de Altamira, surgió el célebre santuario donde se había escondido una imagen antigua con motivo de la llegada de los sarracenos.
   Descubierta en 1313, en tiempo de Alfonso XI, por un pastor llamado Gil, la devoción se incrementó hasta el siglo XV, en que se construyó la hermosa basílica actual.
   El templo homónimo de México nada tiene que ver con éste de la Extremadura hispana, salvo la denominación árabe de Guadalupe (río Lupe) y la ascendencia extremeña (de Medellín) de Hernán Cortés y varios conquistadores.

   3.14. Sra. de la Merced. Barcelona

   La patrona de Barcelona se remonta al siglo XIII. En la noche del 1 al 2 de Agosto de 1218, la Virgen se apreció a S. Pedro Nolasco, ordenándole la fundación de la Orden de mercedarios para la redención de cautivos. La misma aparición tuvo el confesor S. Raimundo de Peñaflor y el rey, todavía niño de 13 años, Jaime I.
   En 1249 se construyó una basílica en la casa de los primeros mercedarios, en terreno cedido por el generoso donante Plegamans. El santuario de los frailes redentores, llamados ya mercedarios, se convirtió pronto en centro de veneración y de exvotos de cautivos.
   Los dones enriquecieron el santuario y nuevas obras lo actualizaron hasta llegar al actual, que es de 1939, año en que se rehizo el incendiado en la contienda civil, el cual era de 1775.

   3.15. Señora de Monserrat.

   La patrona de Cataluña, Ntra. Sra. de Monserrat contó con un santuario primitivo en la montaña del mismo nombre, ya desde el año 888. Se inició con una donación del Conde Wilfredo I.
   La iglesia románica erigida por el Abad Oliba en 1046 fue el centro del monasterio y del culto en la región.
   Cuenta con la imagen célebre y devota de talla, de 90 cmts. de altura y de color oscuro (la moreneta), blanca al principio, pero ennegrecida por el tiempo y los cirios de los numerosos peregrinos que acuden al lugar.

   3.16. Virgen de la Peña de Francia.

   Santuario enclavado en la Sierra de Francia, al Sur de Salamanca. Desde el año 1289 se sabe que allí había algún santuario venerado en la región.
   La denominación mariana corresponde a mediados del siglos XV, cuando el 19 de Mayo de 1434 se halló una imagen mariana antigua es­condida. Dos años después, el Obispo de Ciudad Rodrigo la entregó a los dominicos, que fomentaron el culto hasta los tiempos presentes.

   3.17. Santa María de Regla. Cádiz.

   Se venera en Chipiona, Cádiz, y data de finales del siglo IV. La imagen de María, escondida al llegar los sarracenos, fue descubierta a comienzos del siglo XIV y converti­da en un hermoso santuario, dotado de donativos y limosnas del devotos locales.

   3.18. Virgen de los Reyes. Sevilla

   Es patrona de Sevilla y fue imagen que acompañó a Fernan­do III en la conquista de la ciudad el año 1248. La talla de la virgen mide 1,76 metros y procede de Francia.
   Estuvo presente en la historia de la ciudad desde su paso a manos cristianas. Ha sido siempre venerada con gran devoción por los sevillanos.

   3.19. Sra. de Roncesvalles. Nava­rra

   Se remonta, según la leyenda, a las guerras que se inmortalizaron en la Chanson de Roland y que recuerda la batalla tenida el 15 de Agosto del 778.
   Con todo, es probable que el hospital y monasterio surgidos en el paso montañoso cultivaran la devoción mariana ya en el siglo XI o entrado el XII.
   Tal vez sea esa fecha la que dé origen al santuario, en pleno auge de peregrinos que difundieron su conocimiento y devo­ción.

   3.20. Sra. de la Batalla de Lepan­to

   En Villarejo de Salvanés, Madrid se recuerda el agradecimiento de Luis de Requesens, gobernador de Flandes.
   Quiso erigir un santuario y monas­terio en recuerdo y homenaje de la batalla tenida el 7 de Octubre de 1571, en Lepanto. Llevada adelante su piadosa idea con autorización de Felipe II y luego de Felipe III, colocó en la iglesia construida diversos emblemas marianos.
   En el altar situó la imagen mariana que había presidido y protegido su nave durante la contienda y a la cual el piado­so noble tenía gran devo­ción.

   4. Sugerencias en catequesis

   El significado de tantos monumentos queda bien claro: la devoción y el culto selecto a María responde a un entrañable designio de Dios, que ha querido ensalzar a la Madre de Jesús y cumplir su profecía: "Bienaventurada me llamarán todas las generaciones." (Lc. 1.48)
   Están diciendo que la figura de María Santísima representa algo especial en el cristianismo y que hay que saber cultivar su devoción como soporte y estímulo de la fe cristiana.
   Varias consignas deben presidir la formación de la conciencia y de la piedad en la devoción mariana.

   1. Importa descubrir los planes divinos que han querido hacer de María alguien muy singular. Y, en la medida de lo posible, hay que entrar en juego en ellos. La devo­ción popular a la Madre de Dios refleja algo grandioso en la Iglesia y hay que cultivarla como un don.
   2. Es muy importante diferenciar correctamente lo que son tradiciones (romerías, peregrinaciones, ofrendas y plegarias eficaces) y lo que significan las doctrinas que sus advocaciones refle­jan y recuerdan: liberación del pecado, cauce de la Encarnación, amor a la palabra de Jesús, presencia en el calvario, esperanza en la resurrección final.
   3. Es preciso asociar la devoción a María con la dimensión evangélica de la propia vida: amor al prójimo, sentido de conversión, oración, humildad y fe, etc.
   El mensaje esencial del Evangelio se halla reflejado en la figura de María: (esperanza, pobreza, aceptación del plan divino, sencillez, etc).
   4. La educación de la fe encuentra en los templos y santuarios marianos estímulos para el corazón y la inteligencia, no objeto central de la misma fe. María no es el centro del misterio cristiano, que sólo es Cristo, pero es el camino y el aliento para el mismo.
   El respeto y la admiración por María no deben hacer olvidar su sentido de cauce hacia Jesús. Es la consigna de la "la verdadera devoción" a la Madre de todos.
   5. La devoción a María que se ve alentada con sus fiestas y santuarios, con sus imágenes y con las diversas manifestaciones de piedad, debe apoyarse en las consignas evangélicas más que en sentimientos poéticos o estéticos. Nos debe llevar a la aceptación del misterio divino y no sólo al encauzamiento de los afectos humanos.
   La devoción a María, a medida que el cristiano madura en la fe, se hace menos centro de creencias y más estímulo de obras de caridad y de fe en Jesús.